Cali: bajo el manto de la calidez, tras el velo de la dignidad en la vivienda

Foto: El Tiempo

Álvaro Angulo
Universidad San Buenaventura de Cali
En el devenir de los años, la ciudad de Santiago de Cali ha sido testigo de un crecimiento notorio y desmedido. Este fenómeno, catalogado por especialistas como una expansión descontrolada, ha sido impulsado de manera significativa por la proliferación de asentamientos informales y viviendas autoconstruidas. Este aspecto se ha hallado fuertemente entrelazado con la población de escasos recursos, destacando la migración como uno de los catalizadores primordiales de esta expansión, consecuencia directa del conflicto armado que ha empujado a muchas personas a buscar un nuevo hogar en la ciudad. La magnitud de esta migración ha generado una expansión urbana de proporciones preocupantes.
Ante esta descripción del problema, emergen dos interrogantes de suma importancia que requieren atención: en primer lugar, ¿estas personas poseen viviendas adecuadas que les proporcionen condiciones de habitabilidad adecuadas?. En segundo lugar, ¿se garantiza a estas personas el cumplimiento de su derecho a una vivienda digna, en concordancia con los estándares establecidos para una vida adecuada en la ciudad?. Estas preguntas plantean la necesidad de abordar la problemática de vivienda en Cali desde una perspectiva integral y enfocada en asegurar que todos los habitantes tengan acceso a condiciones habitacionales óptimas.
Para abordar la primera interrogante sobre vivienda, es necesario definir claramente este concepto. La vivienda puede ser entendida como el tipo de residencia, ya sea un departamento, casa, villa o residencia. Por otro lado, el término "casa" se refiere al lugar donde una persona habita, ya sea en familia o de manera individual. Con esta distinción clara, es posible explorar diferentes definiciones desde diversas perspectivas. El Diccionario de la Real Academia Española de Ciencias de 1970 establece que la palabra "morada" deriva del latín "morada", proveniente de la raíz "vivêre", que significa vivir. En paralelo, la vivienda se concibe como un espacio que refleja un estilo de vida. Desde la arquitectura, se la conceptualiza como un recinto con varias piezas de habitación y anexos, diseñado para albergar personas con máxima autonomía funcional y separación estructural del resto del edificio (Ministerio de Fomento y SGEE, 1998). Otra perspectiva, ofrecida por académicos como Luis Correa Orozco, presenta la vivienda como una respuesta a situaciones de masividad, pobreza extrema, urbanización acelerada y desbordamiento de los mecanismos formales de organización de la ciudad, situaciones que se asemejan a contextos posguerra en Europa (Orozco citado en Pelli, 2006, p. 94). En el contexto colombiano, se observan cambios análogos en las estructuras sociales y urbanas debido a fenómenos como la violencia.
En el análisis previo del concepto de vivienda, se puede abordar la segunda interrogante sobre la vivienda digna. Este concepto está estrechamente relacionado con la noción de dignidad y abarca, a nivel internacional, la idea de un hogar apropiado y seguro para las personas. La definición propuesta por las Naciones Unidas enfatiza elementos esenciales como privacidad, suficiente espacio, adecuada protección, iluminación, ventilación y condiciones infraestructurales idóneas (Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 2003, pp. 213-214). Esta definición identifica atributos clave que determinan la idoneidad de una vivienda en términos de características físicas internas, infraestructura subyacente, ubicación y acceso a servicios públicos, así como su adecuación a las necesidades culturales y espaciales de los ocupantes.
Al considerar estas precisiones conceptuales, se puede afirmar que la población que reside en asentamientos informales enfrenta condiciones de vivienda vulnerables, vulnerando así su derecho a una vivienda digna consagrado en el artículo 51 de la constitución política. Ejemplos de estos asentamientos son Brisas de Comuneros, Brisas de las Palmas, El Valladito, Cabildo Indígena Alto Nápoles y Belisario Betancourt, pero destaca el caso del Jarillón del río Cauca, donde las personas viven en condiciones que se podrían catalogar como indignas. Es evidente que existen iniciativas públicas, como el proyecto Guardianes del Jarillón, respaldadas por la alcaldía distrital, que brindan apoyo crucial. Sin embargo, es crítico destacar que se espera a que surja una coyuntura socioambiental para ejecutar acciones urgentes en relación con la vivienda digna, especialmente en situaciones como el deterioro del dique, que podría acarrear graves consecuencias para la ciudad.
Es importante subrayar la necesidad de apoyo para aquellos que, aunque no se encuentran asentados en el Jarillón, también tienen derecho a una vivienda digna. El fenómeno de la vivienda es impactante, especialmente en los mencionados asentamientos, donde la ejecución exitosa por parte de la administración pública es escasa. A pesar de que el artículo 51 de la carta política garantiza el derecho a una vivienda digna para todos, también estipula que el Estado debe establecer las condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho. Desde una perspectiva normativa, se plantea la pregunta crucial: ¿En la ciudad de Santiago de Cali, son suficientes las acciones e instituciones para asegurar que las personas de los asentamientos informales vivan en condiciones dignas?
Para concluir este artículo, es esencial reflexionar sobre nuestra ciudad, la cual, debido a nuestra diversidad cultural, proyecta una hospitalidad que acoge a quienes visitan nuestra Cali en un contexto cultural. Es gratificante saber que las personas que llegan a Cali en busca de mejores oportunidades son mayormente recibidas con calidez por nuestra población. No obstante, es crucial cuestionar la eficacia de esta amabilidad si no les proporcionamos las condiciones necesarias para vivir de manera digna. Podemos plantear una reflexión adicional:
¿somos realmente una ciudad que acoge con los brazos abiertos si no garantizamos las condiciones para que las personas vivan dignamente en nuestra ciudad?
Referencias
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Correa Orozco, J. (2018). La vivienda mínima: una revisión del desarrollo del concepto en Colombia. Procesos Urbanos, 5(5), 34-41. https://doi.org/10.21892/2422085X.406
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Mejía-Escalante, M. (s.f.). LOS DESPLAZADOS NO PUEDEN DISFRUTAR DE UNA VIVIENDA ADECUADA Situaciones desde sentencias de tutela. Retrieved from https://www.redalyc.org/jatsRepo/4024/402445256006/html/index.html
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Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. (2003). Situación del Derecho a una Vivienda Adecuada en Colombia (pp. 213-214).