Junio 2025
Edición N°10
ISSN: 3028-385X
En Federborg, una olvidada ciudad del siglo XVIII, el conde Rotwein, aparte de ser alguien poderoso, también era reconocido por la rareza de su única heredera, la afable pero melancólica Helena Rotwein.
No hizo falta que el joven reuniera valentía una vez más para abrir la puerta, pues esta se abrió sola. Detrás de ella se concentraba la imagen más surrealista que Pedro hubiera podido imaginar.
Cada paso que daban sobre el piso de madera podía ser mortal, pues cualquier ruido que emitieran marcaría el fin de su camino. El bombillo apagado. El aire rebelde del ambiente no permitía que inhalaran profundamente.