Censura y acoso: el poder imparable de Hollman Morris

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Valentina Quintero López
Universidad del Valle

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Y esa no ha sido la única denuncia de violencia de género que Morris ha recibido. Lina Marcela Castillo lo señaló de acosarla sexual y laboralmente mientras trabajaban juntos en el concejo de Bogotá entre 2016 y 2017. María Antonia García también lo acusó por acoso sexual cuando intentó besarla en contra de su voluntad y a la fuerza en el momento en el que se disponía a hacerle una entrevista sobre un documental que realizó. En 2023, la Fiscalía de Barbosa archivó los procesos tras no encontrar sustentos a las denuncias. Y como siempre, la red de apoyo de Morris salió a defenderlo, y él mismo afirmó que dichas acusaciones eran falsas y fruto de un ataque político en su contra, ya que los señalamientos salieron a la luz durante su campaña para la alcaldía de Bogotá. Incluso, denunció a Lina Castillo ante la Fiscalía por los delitos de injuria y calumnia.
Morris, como el presidente Petro, es otro detractor de la prensa privada. Le echa la culpa de la mala imagen que ha ganado en los últimos años argumentando que solo busca hacer “justicia mediática” y titulares amarillistas para dañar su reputación. No reconoce que, tal vez, sus propias acciones son las que han llevado al detrimento de su imagen pública. Y es que no solo la prensa es la que ha criticado su accionar, puesto que políticos de su mismo partido han estado en su contra debido a estas denuncias. Ángela María Robledo, María Mercedes Maldonado y Sara Tufano se opusieron con firmeza a Morris y publicaron una carta firmada por 60 mujeres y 20 hombres de la Colombia Humana que cuestionaba la legitimidad de Morris por la violencia que ha ejercido en contra de las mujeres. Todo esto llevó a que Robledo y Tufano decidieran salir del proyecto político porque afirmaron haber sido víctimas de violencia política por su posición frente al asunto.
La FM entrevistó a su exesposa Patricia Casas y a Lina Castillo para dar a conocer las denuncias de violencia de género que habían en su contra. Castillo aseguró a La FM que tras sus denuncias ha sido perseguida y amenazada en redes sociales y que sus cuentas y números de teléfono fueron intervenidos. También, afirmó no ser la única que vivió este tipo de violencias, puesto que lo que la motivó a denunciarlo fue que otras cuatro compañeras que también trabajaron en la Unidad de Apoyo Normativo en el Concejo de Bogotá dijeron haber sido acosadas por él.
La FM, al pertenecer a RCN, se ha caracterizado por ser un medio de comunicación de ideología de derecha que critica la gestión política de Petro y la Colombia Humana. Se dice que las críticas mediáticas hacia Morris provienen de la clase política derechista que quiere manchar la imagen de Petro y de los políticos que lo apoyan. Así, militantes de la izquierda y simpatizantes del gobierno del cambio han defendido a Morris y su puesto como gerente de RTVC afirmando que las denuncias son falsas y que hacen parte del “golpe blando” que la prensa y la derecha están dándole a Petro. Sin embargo, estas denuncias son repetitivas y cada vez aumentan más, por lo que medios como Volcánicas, de izquierda y feminista, han hecho amplias investigaciones que demuestran los actos violentos y de censura de Hollman Morris. Por lo tanto, es sesgado decir que las críticas hacia Morris provienen únicamente de un intento desesperado de la derecha por dañar su imagen, cuando otros medios de comunicación independientes e incluso simpatizantes del gobierno de Petro han denunciado sus acciones.
En un reportaje realizado por Volcánicas se da a conocer cinco denuncias por presunto acoso laboral interpuestas contra Morris, en las que las víctimas aseguran haber sufrido persecuciones y acusaciones de pertenecer a corrientes políticas “uribistas” por haber sido nombradas durante administraciones anteriores. También, Volcánicas demuestra que hubo irregularidades en el nombramiento de Morris como gerente de RTVC, ya que ocupó dos cargos al mismo tiempo durante su posesión y el ministerio de las Comunicaciones no ratificó la idoneidad para que Morris ocupara su lugar como gerente, dejando el estudio inconcluso y sin que se conocieran los resultados públicamente.

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En enero de este año, Volcánicas publicó otro artículo en el que se denunciaban los cuatro casos de acoso sexual por parte de Morris y cómo las víctimas han sido perseguidas y amenazadas por haber alzado su voz. Relatan la historia de Natalia, una de las denunciantes, cuyo nombre fue modificado para su protección. Dos meses después de hacer la denuncia, en 2019, fue abordada por dos hombres en una moto, quienes la llevaron a un potrero y la amenazaron con un arma, le pidieron que cavara un hueco y le metieron la cabeza en él, mientras le decían que eso le pasaba por haber hablado de Hollman y que se quedara callada, que pensara en su mamá y su hermana. También, ha recibido acoso en redes sociales, por llamadas telefónicas y en su lugar de trabajo. A pesar de reportar las amenazas ante la Unidad Nacional de Protección, nunca hubo respuesta. Por su parte, Carolina Valencia, otra de las denunciantes, afirma que luego de contar lo que vivió como secretaria de Morris tuvo un intento de suicidio debido a la respuesta mediática negativa en la que incidió su caso. Las mujeres que han denunciado a Hollman Morris han sido revictimizadas y violentadas física y mentalmente.
Al parecer, RTVC está acostumbrado a recibir trabajadores acosadores y violentos en sus instalaciones. En noviembre de 2022, Volcánicas analizó nueve testimonios de mujeres que denunciaron acoso y violencias basadas en género por parte de productores, coordinadores y locutores de RTVC. Esto reafirma que RTVC no dispone de un enfoque de género claro, que no les importa contratar personas con historiales negativos siempre y cuando sean aliados del gobierno de turno, y que no tiene protocolos ni rutas de atención eficientes para los casos de acoso sexual y violencias basadas en género.
A pesar de todo lo relatado, Hollman Morris sigue en su puesto como gerente de RTVC y como uno de los protegidos del presidente Petro. En este caso, se ha vulnerado el derecho de libertad de expresión, el derecho a la dignidad humana, el derecho a la igualdad y a la no discriminación, el derecho a un ambiente de trabajo seguro y saludable, el derecho a la integridad personal, el derecho a la privacidad, el derecho al trabajo y el desarrollo profesional y el derecho al acceso a la justicia, lo cual es sumamente contradictorio para las ideas del gobierno del cambio, que desde su campaña afirma defender los derechos de las mujeres y de la libertad de expresión. Al parecer, esto solo aplica cuando no afecta a ninguno de los protegidos del gobierno o a la imagen del presidente. Son incongruentes las críticas que hace el presidente Petro a la prensa privada colombiana cuando el Sistema de Medios Públicos del país es uno de los primeros en censurar a sus periodistas y a aquellos que no comparten la misma ideología del gobierno, cuando se amenazan y vulneran los derechos de las víctimas que denuncian a funcionarios públicos y cuando se impone una línea editorial que solo beneficia a un sector político.
¿Hasta cuándo los gobiernos de turno usarán los medios públicos para su propio beneficio?