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Made in Venezuela

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Francheska Rubio

Instituto de Diseño y Tecnología del Centro

En un mundo de constantes cambios, los países que no suelen estar en el radar comercial —internacionalmente hablando— siempre implementan estrategias para que otras naciones contemplen sus procesos. Esto no es ajeno en la moda. Siendo este un sector tan competitivo, efímero y de tantos celos, obtienen la gloria aquellas marcas y profesionales que mueven bien sus fichas sobre un tablero con tantas trampas. Ser venezolano y aplaudir de pie a quienes se han atrevido a construir país es poco para lo que se merecen, pues luego de algunas malas rachas que pudimos pasar, la nueva generación ha tomado el mando para poder decir “esto es Venezuela”. Sin importar las herramientas con las que se cuenten al momento, enaltecer lo criollo tiene mucho más poder.


Para nadie es un secreto que la cultura moda venezolana ha sido una faceta de aprendizaje para una sociedad que está acostumbrada a dirigir sus pensamientos a ciertas necesidades que no son secretas, pero quienes sí contemplan a la moda como una oportunidad financiera y de renombre personal toman con fuerza la idea de “internacionalizar” los proyectos. Hace algún tiempo presencié una conferencia que tenía como fin enseñar por medio de números la pertinencia de buscar espacios en el extranjero. Luego de muchos porcentajes y palabras redundantes vino a mi cabeza la pregunta de ¿por qué nunca nos enseñan a nacionalizar lo hecho en casa? Y es que, aunque parezca un poco obvia la pregunta, jamás nos han enseñado estos procedimientos, contemplando como respuesta que “el venezolano no apoya lo hecho por otro igual a él”. ¿Pero por qué un europeo sí lo valoraría? ¿Qué tan complicado es descifrar ese código para nacionalizar lo nuestro? ¿Es acaso una predisposición del profesional o de la marca que piensa que no se puede? Sé que son muchas preguntas, y si escribo las que se forman cuando escucho a alguien hablar de manera despectiva sobre nuestro nivel educativo fashionista, necesitaríamos una copa de vino en el Ávila.


Es una paradoja sorprendente pretender hacer crecer una industria que está reviviendo, cuando la salida más fácil es ir a nuevos territorios, y aunque esto es lo más prudente luego de ciertos años de presencia en el mercado, hay una extensa oportunidad para crear y dar renombre a marcas y amantes de la moda en nuestra tierra, desde micro hasta empresarios que día a día construyen país dentro de este país. Sabemos que los retos para el venezolano existen y aún más cuando nos queremos dedicar a esta industria, pero hemos aprendido a salir a flote, pues nuestra creatividad, nuestra artesanía, nuestros colaboradores, cada persona que valora lo que hacemos, cada joven que estudia y se prepara para ser uno más que apuesta por esas etiquetas que digan “Hecho en Venezuela” son los códigos que muchas veces se han dejado de lado para dar prioridad a aprobaciones que, si a primer momento no son las que esperamos, la recuperación será complicada.


En los últimos años marcas venezolanas han apostado fuertemente por una construcción fructífera, donde el venezolano se sienta identificado y coloque una curita para esa herida que ha sido dejada por sentirse apartado de lo que sucede positivamente. Marcas como Gran Turismo, que ha pasado de una generación a otra, ha revolucionado el calzado y la feminidad de las mujeres más lindas del mundo, dando constancia de que las tendencias son para vivirlas con comodidad y, sobre todo, con sello venezolano.


Covas fue y seguirá siendo la ocasión perfecta para vestir con diseños venezolanos, una de las marcas que se atrevió a ocupar un espacio abandonado por los monstruos de la moda, y que no murió en el intento. Sofia Saavedra jamás deja de lado la importancia de hacer presente el valor y las oportunidades que equivale construir con manos venezolanas.


Y sin dejar de lado el deporte, Cuadro supo combinar la moda deportiva y la comodidad de cada persona que viste sus prendas no solo para deslumbrar en canchas, sino también a aquellos que conectan con la naturaleza en todo su esplendor, teniendo un equipo de trabajo venezolano que hace presencia en cada lugar donde el deporte sea el protagonista.


Sin duda, el talento venezolano es único, pues entendemos que para hacer moda debemos educar a una sociedad, para así hacer país, hacer Venezuela.

ISSN: 3028-385X

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