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“Mi política es que los jóvenes no se vayan de Colombia”: Mauricio Cárdenas

Foto: Gustavo Torrijos / El Espectador
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Héctor Iván Parra

Universidad Santo Tomás

Mauricio Cárdenas Santamaría (Bogotá, 63 años) es economista de la Universidad de los Andes. Realizó su doctorado en Economía en la Universidad de California. Ha sido Ministro de Hacienda y Crédito Público (2012-2018), Desarrollo Económico (1994), Transporte (1998-1999) y Minas y Energía (2011-2012). Además, dirigió el Departamento Nacional de Planeación y Fedesarrollo. Ahora busca llegar a la Presidencia por firmas con el movimiento Avanza Colombia.


Pregunta. Muchas gracias por aceptar esta entrevista, doctor Cárdenas. ¿Cómo está? ¿Cómo le ha ido en esta aventura, si podríamos llamarla así, de ser precandidato presidencial?


Respuesta. Muy complacido de compartir unos minutos con ustedes y contarles cómo va el proceso del proyecto político en el que me embarqué, que es la candidatura presidencial. Vamos por firmas, vamos a obtener un millón de firmas, y esa es la meta. Y estamos muy complacidos porque vamos camino a lograr esa meta, de manera que yo estoy muy satisfecho con lo que hemos logrado hasta ahora. Y también en el diálogo con tantos colombianos como el que estamos haciendo ahora, compenetrándonos cada día más con los problemas del país y ofreciendo soluciones basadas en la experiencia y en el recorrido que he acumulado yo a lo largo de mi vida profesional.


P. ¿Quién es Mauricio Cárdenas? ¿Cómo entró a este mundo de la administración pública?


R. Soy economista: estudié en Bogotá e hice mi doctorado en la Universidad de California. He estado muy dedicado al servicio público. He sido una persona que ha combinado el ejercicio de cargos de responsabilidad en los gobiernos con el trabajo académico. He sido ministro de Desarrollo Económico, de Transporte, de Minas y Energía, de Hacienda y fui director del Departamento Nacional de Planeación.


P. ¿Cómo está viendo el panorama económico actual del país? ¿Cómo ve el gasto y el recaudo?


R. Lo primero es que es un presupuesto excesivamente alto. Es algo que el país no tiene cómo pagar. Se está haciendo a punta de un endeudamiento que pone a Colombia en un problema muy serio. ¿Qué pienso yo? Que el Pacto Histórico, si llegara a reelegirse el año entrante, tendría la clarísima intención de no pagar la deuda de Colombia, porque es demasiada alta y consume muchos recursos de pago de los intereses anualmente. O sea, nos gastamos en intereses más de lo que invertimos en educación o más de lo que invertimos en salud. Entonces, hay un problema serio de endeudamiento. Y el gobierno no ha hecho ningún esfuerzo por recortar, por ser austero. Por el contrario, gasta mucho en contratos de prestación de servicios, las llamadas OPS.


P. ¿Cuáles son sus propuestas para las finanzas del país y qué otros temas ha considerado importantes? ¿Qué clasificaría como lo más urgente para resolver al momento de pisar la Casa de Nariño?


R. Colombia ha tenido dos grandes dolores: el de la salud y el de la seguridad. Son dos grandes problemas de la gente, que se está muriendo porque no le dan las citas y no le autorizan los procedimientos. El país está con un problema de salud serio: los medicamentos no llegan a los pacientes, las EPS están en una grave crisis, están siendo muy mal manejadas por parte de los interventores que nombró el gobierno. Lo primero que hay que hacer es un plan de choque en salud para autorizar los procedimientos, especialmente para los pacientes de alto riesgo. Y en materia de seguridad, hay un gran problema por la extorsión y el microtráfico, que tiene una relación muy directa con el problema de los cultivos ilícitos y su expansión, que hoy están en su nivel más alto en toda la historia de Colombia. Hay que volver a luchar contra los grupos armados organizados. Yo no seguiría con las negociaciones de la Paz Total; creo que han sido contraproducentes para el país.


P. Usted se está lanzando por firmas, lo que implica salir a la calle y hablar con las personas. Pero enfocándonos en nuestra audiencia, que es joven, entre los 18 a los 25 años, ¿cómo se cautiva a una población que muchas veces es desatendida y que a muchos no les interesa la política?


R. Es una generación que hoy está muy apática, que perdió el interés, entre otras cosas porque está decepcionada. Se frustró mucho porque luchó por un cambio y no se le dio. Lo que ha visto es un gobierno muy polarizante, muy charlatán, muy de echar cuentos, muy de estar buscando culpables, de responsabilizar a otros, incluso de sus propios fracasos, y siempre en una actitud que no es constructiva. Por eso mi diálogo es directo con los jóvenes. Yo hablo con ellos y les pregunto cuáles son sus principales necesidades, y todos apuntan en la dirección de que lo que se necesita es una formación que habilite a las personas para conseguir trabajo, que los prepare para ciertos oficios, ciertas actividades.


P. Hace poco vimos cómo el ministro de Educación, Daniel Rojas, celebraba el paso del primer debate en el Senado de la modificación de los artículos 86 y 87 de la Ley 30, que son los normativos para el financiamiento de la educación superior pública. Sin embargo, estamos en un panorama donde muchos estudiantes acceden a la universidad privada por medio de créditos. ¿Cómo hacer que esta competencia entre la educación privada y la educación pública llegue a buen término, y que los estudiantes que optan por lo privado no terminen endeudados casi la mitad de su vida para pagar unos buenos estudios académicos?


R. Este es un gobierno que ha generado una gran tensión entre lo público y lo privado, y favorece al sector público por encima del sector privado. Considera que el sector público es el único que debe estar presente en la construcción de vías, en la salud y en el tema que ustedes tocan, la educación. Eso no debe depender si está en las universidades públicas o privadas, debe depender si el estudiante lo necesita o no. Entonces, yo lo primero que haría como presidente de Colombia es restablecer las líneas de crédito del ICETEX, sin la más mínima duda, y que el estudiante pague tan pronto se gradúe y tan pronto encuentre trabajo.


P. Pero, doctor Cárdenas, encontrar trabajo para los jóvenes también es un reto. ¿Cómo solventar esto?


R. Este es un país que se va quedando también sin oportunidades y hace que muchos jóvenes pasen hoy por una difícil situación, y es pensar en irse de Colombia. Eso es gravísimo, porque para los jóvenes es duro. Mi política es que los jóvenes no se vayan de Colombia, sino más bien darles las competencias, la formación técnica y las oportunidades para que desde Colombia facturen en dólares y vivan en pesos.


P. ¿Y no cree que, al ampliar la educación técnica entre los jóvenes de Colombia, podría disminuir la inversión en la educación profesional y nos volveríamos un país de técnicos?


R. No, porque entonces los técnicos que consiguen trabajo pueden seguir adelante en su formación con sus propios recursos. Pueden hacer un segundo año y tener formación de tecnólogo, o dos años más y obtener el título universitario. De eso se trata. Pero hay que darles el primer paso para que tengan cómo seguir adelante y que con sus propios ingresos terminen una carrera universitaria. Las universidades, por cierto, se tienen que adecuar para hacer la formación de manera escalable.


P. Hay un panorama bastante desilusionante para los jóvenes, que es el costo de vida. Independizarse es bastante caro, ya no alcanza la plata. ¿Cuál cree que han sido los factores que han influenciado la subida en el costo de vida?


R. El costo de vida está muy alto porque el gasto es muy alto. El país tiene hoy mucho circulante, mucho gasto. El primer factor es el gobierno, que está gastando mucho. El gobierno está gastando muy por encima de sus propias capacidades, y esa plata, obviamente, llega a la calle y genera inflación. Pero también la plata del narcotráfico está haciendo estragos. Ese es un circulante que genera una burbuja. Hay mucha plata asociada al narcotráfico, y eso es lo que está encareciendo el costo de vida. Yo diría que esos dos elementos, al final, se traducen en que les hacen la vida muy difícil a los jóvenes porque se les encarece todo. Es muy difícil pagar los arriendos, comprar el mercado, y por eso muchos jóvenes que quisieran independizarse siguen viviendo con sus padres, lo cual no es lo que ellos quieren.

ISSN: 3028-385X

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